Educación e instrucción. Una distinción en la filosofía política de Simón Rodríguez

Resumen

En este trabajo se discute la distinción conceptual entre educación e instrucción en la filosofía política de Simón Rodríguez, filósofo y educador de origen venezolano que sale del continente americano a finales del siglo XVIII para instalarse en Europa por un periodo de tiempo de aproximadamente dos décadas. A su regreso, este filósofo se ocupa de la reflexión sobre la situación de las jóvenes repúblicas hispanoamericanas, de plantar un proyecto de fundación de estas repúblicas y coloca como centro de ese proyecto el establecimiento de un sistema de instrucción pública que consolide la ciudadanía. En este esfuerzo intelectual se inscribe una interesante reflexión filosófica sobre la educación en la que distingue, aunque no separa, instrucción y educación. Ahora bien, como preámbulo para el tratamiento del tema central, se aborda en primer lugar las consideraciones sobre el tipo de escuela que conviene a las repúblicas, cuál es su función e importancia; en concordancia con estas consideraciones se exponen y discuten las críticas a la imitación considerada, en este contexto, como un vicio o defecto intelectual que aqueja a los hispanoamericanos. Imitar es, para el caraqueño, abandonar la tarea de observar y pensar la realidad social de las repúblicas, y la imitación como signo inequívoco de la pereza mental, lleva a la copia de manera acrítica de los modelos que, exitosos, quizá, en otras realidades, se convierten en cargas pesadas y en elementos de profundización de los males de las sociedades americanas en el siglo XIX. Ahora, el análisis con el que se compromete este trabajo con mayor rigor, por ser el núcleo del problema que ha dado lugar a este ensayo, está fundado en las evidencias textuales que proporcionan las obras del filósofo caraqueño y que habilitan algunas conclusiones importantes tales como que  el concepto de educación en Simón Rodríguez se inscribe dentro de la esfera de las reflexiones y los compromisos de la ética, en el campo teórico,  y con los fines de la  formación social del individuo, en el campo de la praxis educativa. En cambio, el concepto de instrucción se define dentro de los principios y procesos de los conocimientos instrumentales. Pero más allá de esta distinción de razón, para el caraqueño puede haber instrucción si educación, lo que a su juicio no sería novedad, porque sobran ejemplos de ello, pero no podría darse educación sin instrucción; por esto último, sostiene que instruir no es educar, aunque instruyendo se eduque. Resulta, pues, que la instrucción está en una amplia esfera de acción que incluye a la educación, pero que aun así no sobrepasa en orden de importancia la función de la educación para los propósitos de forma una república social.

Palabras clave: Educación, instrucción, república social, imitación, reflexión ética.